domingo, 10 de enero de 2010

Antigona 6/6




"Todavía no ha amanecido pero los pajaros empiezan a cantar, a preparar mi muerte como mejor saben hacer. Me preparan su mejor sonata para que me vaya con una buena imagen de este agujero, los árboles comienzan a moverse y el cielo a enrojecer, aparecen nubes y la fusión de esos 3 colores hacen el cielo un lugar especial, al que nunca conseguiré acceder, ya que mi intento de heroicidad me lleva hacia abajo en picado, me espera la muerte y eso, ni los pajaros ni el rojo azulado del cielo lo van a cambiar.



Un largo camino hacia la cueva me nubla, a la vez que se nubla el cielo, dejandolo gris, casi negro como mi futuro, como la oscuridad dentro de esa cueva, una oscuridad que me come conforme entro sabiendo que la vida que me queda es más bien poca, las Moiras me tienen algo preparado y, apuesto lo que sea, será algo que le pondrá fin a todo.



El rey tiene pensado dejarme morir, sin derramar ni una gota, delante de mi prometido, delante de todo el pueblo. Sin agua ni comida, ¿Cuanto tiempo puedo sobrevivir? 2 dias como mucho, y no estoy dispuesta a vivir 2 dias más así.



Desde dentro de la cueva se ve todo Tebas, un pueblo que me ha acogido y que sin embargo no ha hecho nada por salvarme de una muerte injusta, una muerte con la que nadie estaba de acuerdo.



Han pasado las horas y Hemón se ha ido, ahora estoy sola, más que nunca. Noto que me queda poco tiempo, que a mi reloj de sol ya no da sombra, no funciona con un cielo tan nublado y en realidad me alegro, porque no me gustaría ver la hora de mi muerte, aunque fuera lo ultimo que viera en mi vida.

Y ya estoy harta de esperar, no quiero seguir esperando a ver llegar a la muerte, ya es demasiado oscura la cueva, ya es demasiado oscuro mi futuro y demasiada oscura el alma del pueblo y del rey que permiten que muera aquí y desgraciadamente tambien la de Hemon que no ha conseguido salvarme, todo lo que me habria gustado hubiera asido vivir con el para siempre, o por lo menos poder morir a su lado.



Pero espero que el rey se de cuenta de lo que me ha hecho y viva torturado por lo que dijo el anciano. "Sangre de su sangre", ¿A qué se referiría? No pienso esperar a descubrirlo, pienso acabar con esto ahora mismo.



Y así acabó con todo, cogiendo una cuerda que encontré dentro de la cueva y ahorcándome con ella. Adiós Tebas, espero que la lluvia no borre vuestras ilusiones como hizo con las mías y espero que las injusticias sean pagadas por los injustos.



Lo último que recuerdo de mi vida es la muerte, mía y de una sombra abrazándome, una figura de un hombre también muerto, al que me volví a encontrar unos segundos mas tarde, navegando por el Aqueronte, de su mano."



-David Sandoval

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