domingo, 2 de enero de 2011

3- Creonte

Querido hijo Hemón:
Siento muchísimo no haberte escuchado y no haber hecho caso a lo que me decías acerca de tu amada Antígona, pero tienes que tener en cuenta que soy el rey de Tebas, el cargo máximo de esta ciudad, lo cual requiere una gran responsabilidad y sangre fría.
Si el cadáver de Polinices estaba prohibido tocarlo ya que no merecía ser enterrado debidamente, Antígona, al intentar revelarse contra las leyes de Tebas, merecía ser castigada.
No te escuché, hijo mio, porque se que mientras hablabas tus palabras me contaban tus sentimientos, y no podías ver desde un punto objetivo, no podias ver como un rey.
No fue hasta que el sabio y viejo adivino de Tebas Tiresías me hizo saber la desaprobación de los dioses a mi actitud, y eso me hizo tirarme hacia atrás. Pero ya era demasiado tarde…
La joven Antígona, tu prometida, al ver que tenía la muerte tan cerca y le esperaba un final tan agonioso, se había suicidado para no tener que morir en manos del rey de Tebas.
Hijo, espero que después de tal trágica noticia no hagas nada para que tenga que velar por ti. Se que es muy duro, y de todo corazón te pido perdón.

Creonte, rey de Tebas.

1 comentario:

  1. ¿A quién ponemos la nota por este trabajo? Por otra parte, falta alguna imagen. Creo que no has leído bien las instrucciones :(

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Pensamientos griegos