lunes, 3 de enero de 2011

Carta de Ismene


Querida Tebas,

Te escribo desde las apestosas entrañas de la nada y mi saludo, es una trágica despedida. ¿Donde fueron los momentos bellos, los momentos alegres y risueños? Ya no están, ni siquiera en mi memoria. Por esta razón, triste y sola, me despido del mundo para siempre.

Discúlpeme padre, por no haber sido mejor hija, no creo que se sienta orgulloso de mí. Antígona, hermana mía, yaces junto a padre y nuestros hermanos en el inframundo; pronto estaré con vosotros. Te pido perdón por no haberte apoyado en tus actos y decisiones, por no haber sido todo lo que podrías esperar de una hermana.

Mi único deseo es descansar en paz para siempre. Quizás digan que era muy joven y con muchas cosas por vivir, pero no me importan los decires de tu pueblo. Los motivos de este cobarde suicidio, me los llevaré a la ideal tumba que simboliza mi muerte.

Y finalmente, no se me ocurre ningún modo mejor para acabar esta lúgubre carta, que con un simple y melancólico "lo siento".

Tu inexistente cómplice, Ismene.



La imagen es procedente de: http://commons.wikimedia.org

Andrea Sánchez Roca, 1º Bachillerato A

2 comentarios:

  1. Me ha gustado lo de "inexistente cómplice". ¿Crees que Ismene llega a sentir remordimientos por su inacción?

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  2. Muchas gracias =)
    Creo que es completamente probable y comprensible, teniendo en cuenta que cuando Creonte descubrió que su hermana era la responsable de sepultar a Polinices, decidió acompañarla en su destino aunque Antígona no se lo permitiera.
    Si pudo actuar así, también podría sentirse lo suficientemente culpable como para suicidarse ¿no?
    Es más, recuerdo que le dijo a su hermana en la escena que antes he mencionado: ¿Y cómo podré vivir, si tú me dejas?

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