Glauca no sabía qué hacer... estaba indecisa. ¿Podría vivir con la amenaza constante de tener al enemigo en casa? Pensaba que no...
No sé qué pensar ya, Medea amenaza constantemente con atentar contra la vida de los que más quiero y no puedo hacer nada, me siento impotente...
Si mi padre no la hubiera desterrado junto a los hijos que tuvo con Jasón nada de esto hubiera ocurrido, las cosas no serían como son ahora mismo, estoy segura.
Paseando por el palacio, a Glauca se le ocurre la idea que será su perdición... matar a Medea antes de que esta sea la perdición de sus seres queridos.
Medea, no voy a consentir que hagas daño a mi família, mátame a mí si es lo que quieres pero deja que ellos se vayan.. yo soy la mujer que te traicionó robándote al hombre que querías así que acaba con mi vida y no con la de ellos. Así sea. Y Medea hundió una daga en el vientre de Glauca pero lo que esta no sabía era que también iba a haber un destino fatal para aquellos a quienes quería proteger...
escrito por Alberto Torrella
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