domingo, 10 de enero de 2010

QUINTA ENTRADA: muerte



Yo Medea que lo deje todo por el, deje mi patria, mi familia, la gente a la que más quería y apreciaba por el … que ahora después de tanto tiempo rompe su juramente, aquel que yo me creí, y desea con firmeza que se cumpliera, aquel en el que yo me he entregado por completo y ahora ya no vale nada.

El rey de Corinto ahora me quiere desterrar, de esta patria a la que me he acostumbrado con tanto esfuerzo, y me he acomodado a las circunstancias, a la patria que tanto he aprendido a querer como si fuese la mía propia, y ahora no me quieren aquí, estoy sola, y sola me voy a quedar, solo tengo a esos niños fruto de ese engaño, que ahora ni quiero mirar, ¿y que puedo hacer?

Que hacer cuando todo en lo que habías creído se derrumba y no era más que una farsa, donde ir cuando no te quieren en ningún lugar, solo encuentro un camino, para el desahogo de esta rabia, de este dolor, incrustado en mi corazón, por el desamparo de aquel que un día me juro su amor, su amor eterno, que ahora no encuentro en ningún lugar.

Solo tengo un camino para tanta perdición, la luz en mi oscuridad, la daga en mi corazón, y la vida eterna en los infiernos de los no queridos.

Con la daga en mi mano temblorosa, y el dolor en mi corazón, hundo en mi cuerpo lo que me dará la salvación.

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Pensamientos griegos