jueves, 30 de diciembre de 2010

Carta de Eurídice

Estimado Tiresias,

He tenido que escapar al jardín del palacio, lejos de mis preocupaciones, y debajo de un árbol intentar escribirte la situación en la que me encuentro; Necesito tu ayuda.
Seguramente ya sabrás que mi esposo, mi pobre rey de Tebas, ha prohibido la sepultura del cadáver de Polinices bajo pena de muerte. Pero es una locura; aunque Polinices traicionara a su patria, el castigo deben dárselo los dioses, no él.

¿Qué tiene que hacer Antígona? ¿Deshonrar a su familia y a su religión, para cumplir las órdenes de un tirano, dejando a su hermano insepulto a merced de carroñeros? ¿O cumplir con su deber, impidiendo que su hermano bague como una sombra inexistente durante toda la eternidad?
Si conoces a Antígona, sabes perfectamente como actuará. Me da mucha lástima cual podrá ser su destino por culpa de Creonte.

Y quien más me preocupa, como madre que soy, es mi hijo Hemón. Él, que estaba comprometido con Antígona, se tendrá que ver salpicado por la decisión de su padre. No quiero ni imaginar lo que puede ocurrir entonces.

Tienes que hablar con Creonte, él siempre te ha escuchado. Lo haría yo misma, pero le resulta insultante que una mujer, aunque sea su propia esposa, le diga lo que debería hacer o le dé algún tipo de consejo para que rectifique sus actos.
Si no lo quieres hacer por mí, hazlo por Antígona, por Hemón y en definitiva por todo el pueblo de Tebas que tendrá que pagar por sus tozudas locuras

Atentamente, Eurídice.


Procedencia de la imagen: www.rodrigoorrantia.com


Andrea Sánchez Roca, 1º Bachillerato A

3 comentarios:

  1. Parece que se ha despistado alguna falta de ortografía :(
    Muy bien perfilado el papel de la mujer en la antigüedad.

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  2. Me encanta mucho la carta, Andrea ^^. Formidable!

    La imagen va que ni pintada, haha.

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  3. Muchísimas gracias^^
    siento las faltas ortográficas... Es algo que siempre me ha superado.

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Pensamientos griegos