sábado, 19 de marzo de 2011

Querida Antígona:

Querida Antígona:

A pesar del dolor que me causa llegar a estos extremos, debo comunicarte que he mandado un mensajero con una carta donde le declaro la guerra a nuestro hermano Eteocles. Según el acuerdo hecho tiempo atrás, deberíamos gobernar de forma periódica y puesto que él ha decidido permanecer en el trono, insultando mi persona, no me queda otra que dirigirme a él de la forma que se merece; con mi escudo y mi espada en el terreno de batalla. Sé que a nuestro querido padre Edipo le causaría una gran pena el ver a sus dos queridos hijos a los que tanto ha enseñado enfrentados, y por esa razón he tardado tanto tiempo en anunciarle la guerra a nuestro hermano.Pero permaneciendo en el trono no solo insulta mi persona, sino también a nuestro padre, que nos enseñó a ser honrados y fieles a nuestra palabra, y nada más ha tenido oportunidad ha fallado a la suya, y eso si que no lo puedo permitir. No dejaré que el honor de nuestra familia sea mancillado, y entregaré mi vida por el bien de nuestra familia y por el bien del pueblo si es necesario.Te pido que no intervengas de ninguna manera porque si salgo vivo de la batalla no quiero perder también a una hermana, con la que he vivido mi niñez y mi etapa de crecimiento, pero si te interpones no tendré otra que hacer lo mismo contigo, y nada me causaria más dolor y remodimientos que ser el culpable de tu muerte.Voy a buscar ayuda en una ciudad cercana a la nuestra para unir a hombres que sean honrados, fieles, caballeros y valientes, que no les importe morir por el bien de su pueblo y de lo que verdaderamente importa; el honor.Les daré armas y les prometeré una vida justa y merecida en la ciudad cuando gobierne, dónde las cosas serán muy diferentes a lo que conocen. No importa el esfuerzo que me cueste, voy a honrar a nuestro padre y nuestra familia será recordada siempre por hacer el bien. Todo será distinto a como lo es ahora, hermana, una nueva era está a punto de empezar y espero que tu quieras vivirla conmigo.Nada me haria más feliz que verte disfrutar en nuestra ciudad, tal y como lo querría nuestro difunto padre.
Polinices.


Querido Hemón:

Ruego a los dioses que me perdones por oponerme a la decisión de tu padre, Creonte, y pido que te ayuden a entender la razón por la que le desafio y pongo en juego mi vida.Después de todo lo que ha sucedido, y de la forma en la que he perdido a mis dos hermanos; Polinices y Eteocles, soy incapaz de dejar que sus cuerpos esten al alcance de perros y cuervos, y que no tengan los honores fúnebres que se merecen.No voy a permitir que sean condenados a vagar por la tierra eternamente, porque sé que ellos tampoco lo habrían permitido.Siento no haber intervenido en la batalla, porque quizá eso hubiera sido lo mejor y en caso de que hubiera fallecido, no habría tenido que soportar el echo de quedarme sin mis dos hermanos, pero como no puedo volver al momento en el que sucedió la tragedia, siento que mi deber es realizar esos ritos.Esta carta es para despedirme, y para suplicarte que no te opongas a mi decisión, porque está tomada y nada hará que cambie, incluso si me cuesta la vida.Sé que no tengo derecho a exigirte que no intervengas porque yo misma me siento culpable por no haberlo hecho en la batalla de mis hermanos, pero por eso te suplico que no lo hagas.De lo contrario tendrás a una mujer sin vida, incapaz de hacer nada y sin voluntad alguna, porque mi alma se habrá ido con ellos, y vagará por siempre junto a las personas a las que siempre ha estado unida. A pesar de mi miedo, sé que los dioses estan a mi favor y que hago lo que debo hacer, y si ellos estan conmigo, sé que no dejaran que mi alma sufra en el tártaro.Estoy segura de que cuidaran de mi. Atenea me guiará, porque ella no permitiria esta injusticia.Así que no temas por mi, y déjame hacer lo mejor por mi familia.Te pido que no vengues mi muerte, porque no quiero más guerras ni más familias destrozadas de las que ya hay, si de verdad quieres hacer algo por mi, haz lo mejor para el pueblo.

Pido que algún dia puedas perdonarme.
Antígona.


Querido Hemón:

Seguramente de esta forma gane quizá el enemigo más fuerte que pueda tener nunca, pero apesar de ser tu prometida no puedo dejar pasar lo que ha sucedido.Creeme que lo ultimo que quisiera en la vida es tener a mi hijo como enemigo y temer que cualquier dia tenga que enfrentarme a el, (porque la mayor virtud que tienes es el honor, y nunca me atacarías por la espalda).Ojalá los dioses no me pusieran en esta situación, pero Antígona ha incumplido una norma que establecí, ha decidido enterrar a su hermano y realizar los ritos que se merece cualquier persona que ha cumplido con su deber de ser buen ciudadano, aceptando las leyes y cumpliendolas cuando ellos no tenían ese derecho ya que no habian cumplido su obligación, y ya que Antígona es una ciudadana más, ella tambien debe cumplir las leyes y las órdenes del governador de la ciudad independientemente de si le gusten o no, sino, por mucho que me duela, sufrirá las consecuencias.Aún sabiendo lo que significaba desobedecer las normas, ella se arriesgó y actuando de esa forma se expuso al castigo, y yo como buen gobernador de este pueblo debo querer lo mejor para las personas que viven con nosotros, y debo actuar con todos de la misma manera.Antígona nos ha faltado el respeto a todos rebelándose contra mi, y ha evitado que dos personas incumplan el castigo que se merecen; vagar por la tierra eternamente, por lo tanto, debe obtener su castigo.No tenia ninguna autoridad para regirse por sus propias normas, desafiando las ya establecidas, no me queda otra opción que la de actuar como debo.Sé que no lo entenderás, solo espero que no me obligues a hacerte más daño.No quisiera más personas perjudicadas en este pueblo de las que ha habido, y mucho menos si es mi querido hijo.Pero mientras yo esté vivo, este pueblo funcionará como tiene que funcionar y nada ni nadie lo impedirá.Antígona será enterrada viva mañana.

Que los dioses te guíen y impidan que la rabia te nuble la visión.
Creonte

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