domingo, 8 de enero de 2012

-Carta de Hemón a su padre Creonte.

Estimado padre:
Ha llegado a mis oídos que has ordenado ejecutar a mi prometida Antígona por un suceso ocurrido desafortunadamente tan solo porque usted había prohibido enterrar y darle culto a su pobre hermano, así lo pienso yo y así lo piensa el pueblo por sus calles. Ella para todo el mundo es una persona llena de coraje y digna de honores.
Padre, ya sé que lo haces por mi bien y porque me quieres y soy hijo tuyo y de tu misma sangre, y para mí no hay cosa más preciada que tu felicidad. Pero la felicidad del padre es ver a su hijo de la misma manera, por tanto si quieres que de verdad sea feliz perdónale la vida a Antígona, ella es una buena persona, por favor.
Hay veces que vale la pena hacer excepciones y dejarse guiar por personas, que aunque sean jóvenes, dan buenos consejos, y si ella muere te llegará la ruina tarde o temprano, y a mí nunca más me verás.
No consentiré que entierres con vida a mi amada bajo tierra con comida para ella misma suplique su muerte y tú no tengas que derramar sangre en tu ciudad, eso es ser un miserable, padre.
Si esto se cumple, tendrás que atentarte a las consecuencias porque lo mismo te quedas sin hijo ni heredero porque este quiera quitarse la vida con sus propias manos.
Saludos, Hemón. 

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