domingo, 10 de enero de 2010

SEGUNDA ENTRADA: historia desde el punto de vista de la Nodriza.


Mis señores parecían estar hechos el uno para el otro, todo era felicidad, apenas se discutía en la casa, se podía palpar tanto la tranquilidad como la felicidad y esto duro, pero duro demasiado… algo tenia que suceder y … sucedió.

Mi señor salía constantemente de la casa, en un principio eso no me extrañaba, salía a trabajar y llevaba adelante la familia, pero sus escapadas se fueron prolongando y finalmente opte por contárselo a mi señora, ella decía que no pasaba nada, que todo estaba bien y que no me preocupara, pero yo sentía que no era así.

Con el tiempo nacieron los niños, y por un momento pensé que mi señora tenia razón, pero yo solo quería lo mejor para ellos, ellos que me lo daban todo y a la vez, todo me lo podía quitar si así lo querían, pero eran buenos conmigo, me trataban bien y les cogí cariño.

Con el paso del invierno, empezaron las discusiones entre mis señores, los buenos tiempos se iban y llegaban las tormentas…

Finalmente corrían rumores de que mi señor se veía con la hija del rey, mi señora confiaba ciegamente en el, y no los quería escuchar pero yo… yo sabia bien que algo pasaba, me dedicaba con dulzura a cuidar a los niños que poco a poco se iban haciendo cada vez mas mayores, era su segunda madre y me querían tanto como yo a ellos.

Pasaron los días y el pedagogo de los niños me confirmo aquellos rumores, corriendo se lo dije a mi señora, pero ella ya lo sabia.

Se puso enfurecida, rabiosa, era imposible contener su rabia y su dolor, mi señor iba a contraer matrimonia con aquella chiquilla y a mi señora la quería desterrar, por miedo a las represaría, la gente teme más a una mujer destrozada por el dolor que provoca el amor que a una guerra.

Ella juró venganza y no paró hasta conseguirla ahora, ya no sé nada de ella, espero esté bien y haya encontrado lo que en su día perdió… la felicidad.


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Pensamientos griegos