Jasón furioso tras la muerte de su esposa Glauca y de Creonte decide partir en busca de Medea. Esto no me puede estar pasando a mí... es algo tan horrible que parece completamente irreal, como si de una vil pesadilla se tratase. Debo encontrar a Medea cuanto antes, temo por mi vida y la de mis hijos, oh, mis hijos... pequeños indefensos...
Jasón encuentra a Medea en su casa tras echar la puerta abajo:
Jasón: ¡¡Medea!!! ¿Cómo has podido?
Medea: Querrás decir, que cómo no has podido tú evitarlo... toda la culpa ha sido tuya, eramos felices y tú lo estropeaste todo sin tener siquiera un poco de compasión conmígo y que el fruto de nuestro amor... y ahora, lo pagaréis!
Jasón: ¡No si antes acabo con tu vida!
Medea poco pudo hacer ante el mortal ataque de su ex-esposo que le asestó varios golpes en el cráneo con un caldero lleno de una reluciente pócima que vertió Jasón sin querer sobre sí mismo y le quemó vivo... Trágico final para el héroe que quería defender sus intereses y a sus hijos de las garras de una mujer llena de cólera y ansias de venganza...
escrito por Alberto Torrella
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