viernes, 11 de marzo de 2011

Ζέφυρος


Ζέφυρος  
...acabo de discutir con uno de mis hermanos, Βορέας. ¿Por qué? por nada, cosas de dioses, pero ya que insistís os lo cuento.
Resulta que Βορέας quiere (bueno, quería) a la misma mujer que yo, Cloris (sí, es esa hermosa mujer que me abraza en el nacimiento de Venus), pero finalmente ha preferido a Orítia y la ha raptado (pobre Oritía, me cae bien, pero no puedo hacer nada por ella).

Tuve una hija con Cloris, Carpo, que quiere decir "fruta". (no lo olvidéis: 5 piezas de fruta al día, muy ricas en vitaminas y minerales).
También estuve con Podarge, una arpía, que significa: ἁρπάζειν (arrebatar) y soy padre de Balio y Janto (los caballos de la foto).

Pero ahora tengo un problemilla. Acabo de ver a un príncipe espartano paseando por la ciudad (que por cierto, es Tracia, donde llevé a unos enamorados hace algún tiempo, Cupido y Psiqué) y nunca había visto nada igual. Si lo vierais alucinaríais (os pondría la foto, pero es que mi cámara no ha podido soportar tanta belleza. Se la llevaré a Ἥφαιστος (Hefesto) a ver si puede repararla en su taller).
Se llama Jacinto, y ¿por qué está hablando con... ¡Apolo!? y a juzgar por esas miradas... ¡Voy a cantarle las cuarenta ahora mismo! (enseguida vuelvo) Jacinto es para mí, y lo conseguiré, eso seguro.
Después de bastantes horas...
Vengo con el corazón roto, y las lágrimas saltándome de los ojos como ríos (si no me consoláis, inundaré todo el mundo con mi llanto). Apolo ha ignorado todo lo que le he dicho (y tampoco me esperaba otra cosa), pero la causa de mi tristeza ha sido y será Jacinto, que me ha explicado amablemente por qué ha elegido a Apolo y no a mí.
Ahora los veo un poco lejos, jugando con un disco volador y no puedo apartar la mirada de Jacinto.
¡Oh, Jacinto!, ¿por qué no supiste elegirme a mí, que soy más guapo que Apolo y hasta tengo unas alas más bellas que él con las que te llevaría a dar un paseo por el cielo?
Mirar Apolo como presume con el disco (ahora es cuando me toca vengarme ¿verdad?, si todos los dioses pueden hacerlo ¿yo por qué iba a ser menos?). Soplaré, soplaré y la casa derrumbaré (¡ay!, perdón, que esa frase es del cuento de los tres cerditos). Soplaré, soplaré y a Jacinto heriré.
¡Ups! He soplado demasiado fuerte y el disco volador ha matado a Jacinto.
Apolo en un primer momento cree que la culpa es suya, pero después me descubre detrás de una roca y se enfada terriblemente, así que mejor huir ¿no?
Lo último que veo antes de echar a correr (o a volar) es el Hyacinthus (Jacinto) que siglos después sería una planta más o menos conocida. He aquí la flor (la cámara ya me funciona, es que me había olvidado de encenderla):

Así que ya lo sabéis, si existe el Jacinto es gracias a mí (pero tampoco hace falta que me lo agradezcáis), y ahora que Apolo ha conseguido transformarme en brisa, me voy volando a ver a mi hermano Βορέας que dice no-se-qué de que Hefesto ha venido a preguntarme que es una cámara y a decirme que él solo repara televisiones y radios.

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