domingo, 10 de enero de 2010

1ª Entrada "Antígona"


REFLEXIONES DE ANTÍGONA DESPÚES DE SU CONVERSACIÓN CON ISMENE


ANTÍGONA: Cobarde, no se me ocurre ninguna palabra que defina mejor a mi hermana  en estos momentos.. ¿De verdad va a permanecer de brazos cruzados sin hacer absolutamente nada mientras el cadáver  de nuestro querido hermano, Polinices, yace inerte en el suelo, a merced de las aves rapaces y demás bestias? ¡Me parece increíble!

Aunque no la culpo, la verdad, estamos sumidos bajo la tiranía de Creonte, mí querido tío, y eso no le deja actuar como debería, al igual que a más de la mitad de Tebas… Pero no se atreven a hablar, el miedo no les deja actuar, no les deja pensar, los tiene prácticamente a su merced… Pero no, yo no le temo… Y si le temiera, ¿No sería más importante darle una justa sepultura a mi hermano Polinices que mi propia vida? ¿Podría vivir en paz sabiendo que he dejado el cuerpo de mi hermano pudriéndose a la intemperie? No, no podría, sería una carga demasiado grande en mi conciencia… ¡Un momento! ¿Es posible que esté dudando? No, eso jamás, me oyes Creonte ¡JAMÁS! Lo tengo muy claro, voy a ofrecerle a mi hermano la sepultura que se merece, aun arriesgándome a morir, es lo que debo hacer.

Además, quién sabe, si el pueblo de Tebas es testigo de mi injusta muerte – Ya que sería injusto morir por hacer lo que es moralmente es correcto, a pesar de que Creonte haya dictaminado lo contrario-  quizás se atrevería a plantarle cara al condenado Creonte, sí, si el pueblo de Tebas pudiera apreciar que las leyes de Creonte no son justas para el pueblo, sino para él, lo en derrocarían, y mi muerte no sería en vano, y aunque el pueblo de Tebas no se diera cuenta de esto que digo, mi muerte no sería en vano, ya que conseguiré darle sepultura a Polinices.







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