Creonte:
He de dirigirme a ti llamandote por tu nombre, ya que no puedo llamarte "padre" en estos momentos. Estas a punto de condenar a mi prometida, a la mujer a la que amo, a la muerte por haber intentado honrar la memoria de su hermano.
Ella solo queria que Polinices, su fiel hermano el cual murió al intentar recuperar lo que era suyo, tuviera un entierro digno, para que pudiera bajar al mundo de los muertos como todos los griegos.
Pero tú has tenido que arruinarle la vida… haciendo que acabe sus vidas enterrada viva. Y como siempre no me has escuchado, has hecho oidos sordos a mis súplicas y lamentos, te ha dado igual que la mujer a la que has tratado de traidora es la futura esposa de tu propio hijo.
Yo seguiré insistiendote, Creonte, aunque ya sepa de antemano que mis palabras se las va a llevar el viento.
Solo puedo decirte una cosa, y es que si algo le pasara a mi amada Antígona… yo me iría tras ella. Siempre
Tu hijo, Hemón.
¿A quién ponemos la nota por este trabajo?
ResponderEliminar¿Tienes manía a las tildes? Algunas de ellas se han escapado de tu texto :(