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Queridísimo Creonte,
Me dirijo a su persona, magnífico rey de Tebas, con una noticia que no será de su agrado, tal y como, conmigo no lo es. El miedo hacia su poder, provoca reacciones extrañas en mi mente, crea un aura oscura en ella y no logro pensar con claridad. Es por ello que, le escribo esta carta, porque mi persona sería incapaz de mirar su rostro al conocer la noticia.
Sepa de antemano, que tal acción no fue realizada por mí, así, no sospeche de mi ignorante y cobarde alma y diríjase con su ira, consecuencia de tal noticia, a aquel bastardo, creador de acciones impuras.
Sin más preámbulos, paso a detallarle la noticia, objeto de esta carta.
Esta mañana, estando el centinela del primer turno en mero descanso, un alma se dejó pasar por el lugar en el que el cuerpo de Polínices se hallaba y, en cuestión de minutos, esta, tapó el cuerpo con árido polvo y manifestó con creces los ritos necesarios de un sepulcro. Así, entre nosotros, comenzaron a arder sospechas y, como unos desdichados miedosos, comenzamos a ser testigos de acusaciones injustas por parte de los dioses. Debo decirle también que, este individuo, no dejó rastro del que podamos obtener cualquier tipo de pista, pero aún así, con sus ánimos podremos identificar al que debe ser juzgado con muerte de su parte.
Sea humilde y justo con nosotros, solo somos guardianes y nos dedicamos a cumplir las órdenes de nuestro jefe, su persona. No castigue nuestras acciones, somos indefensos y no hemos hecho nada que le pueda afectar a su poder. Encontraremos al culpable, no lo dude.
Atentamente,
Guardián Hemérides Cobardistis.
Ay, el drama de los obedientes. ¿Podían haber hecho otra cosa? ¿mirar hacia otro lado? ¿tomar partido? Creo que has perfilado de forma adecuada al personaje. Buen trabajo.
ResponderEliminarUfff, pero la tensión es un problema en estos casos, haha.
ResponderEliminarMe alivia mucho y, a la vez, me encanta que te haya gustado ^^